domingo, 6 de abril de 2014

Cumpleaños

Gracias a tod@s por estos días de celebración TAN BONITOS. Soy una diva de medio pelo,  cuarto kilo de existencia perimetral y radio centrípeto (o sea, canija) pero como las pequeñas damas no tenemos edad, me permito la osadía de cumplir en distendido: festejo pulso a pulso.  Y repito, repito, repito.

Me siento en mi alfombra sin meridianos y estoy objetivamente rodeada de flores y de amor. Tengo un jardín interior que huele a principio del mundo. A Aleph, a beso bajo el agua, a puñadito de alcobas, a primer amor en el colegio. A corazón del árbol con casa de madera.  A eso y no a otra cosa en mi infancia de indocumentados lo llamábamos patria. Allá, acá: haciendo el camino de vuelta. 

Si tengo una hija le voy a regalar un tango y un amor, como han hecho la vida y mi madre conmigo. Si tengo un hijo, la misma ración de canción y de abrazo, como no supo hacer mi padre consigo.
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Sueño que mi abuelo Raynié vuelve a llevarme a comer pizza a un boliche de Buenos Aires. Y sólo puedo acabarme el plato con los ojos porque una simple fugazzeta es más grande que mi ser en el mundo.  El próximo cumple lo celebramos así: pizza, birra y faso. Y a eso también lo vamos a llamar patria.

En general, soy bastante amable, pero sé que este año no siempre ha sido fácil quererme: el trabajo me absorbe y yo lo absorbo a él y he faltado mucho en algunos bares importantes. Así que gracias por estar, por seguir estando, por quererme, acompañarme y llenarme de primaveras la nariz.


¡FELIZ CUMPLEAÑOS PA VOSOTROS! Os celebro yo.

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